Ningunos niños matarán ningunos pájaros, ningunos errores
errarán, ningunos cocodrilos
cocodrilearán a no ser que el juego
sea otro y Matta, RobertoMatta que lo inventó, busque en el aire a
su hijito muerto por si lo halla a unos tres metros
del suelo elevándose:
yéndose de esta gravedad.
Ningunas nubes nublarán ningunas estrellas, ningunas
lluvias lloverán cuchillos, paciencias
ningunas de mujeres pacienciarán
en vano, con tal
que llegue esa carta piensa Hilda y el sello
diga Santiago, con tal que esa cartasea de Santiago, y
el que la firme sea Alejandro y
diga: Aparecí. Firmado: Alejandro
Rodríguez; siempre y cuando
se aclare todo y ningunas
muertes sean muertes, ningunas
Cármenes sean sino Cármenes, alondras envuelo hacia sus Alejandros, mi Dios, y
los únicos ningunos de este juego cruel sean ellos, ¡ellos
por lo que escribo esto con mi
sintaxis de niño contra el maleficio: los
mutilados, los
desaparecidos!
_____Gonzalo Rojas (Lebu, Chile, 1917-2011)
1 comentario:
maravilloso gonzalo
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